Porque la autoimagen determina nuestra actitud ante la vida y lo que pensamos que nos es posible manifestar en ella, lo cual tiene una incidencia directa en aspectos como nuestra autoestima, comportamiento, salud, nuestras relaciones interpersonales y en general la forma cómo afrontamos nuestros retos y lo que logramos manifestar en nuestra vida; y fundamentalmente porque nos abre diversas posibilidades de usar nuestros talentos y desarrollar una visión coherente a nuestra esencia (nuestros dones y motivadores). 

Cuando tenemos una autoimagen positiva, y logramos conectarnos con nuestra esencia, con nuestra autenticidad, con aquello que nos hace únicos y felices; a través de un proceso de autoconocimiento, también contaremos con el entusiasmo, la energía, la confianza y la motivación para alcanzar nuestros ideales. 

Por el contrario, cuando hemos creado una autoimagen negativa o poco conectada con nuestra esencia, la motivación para trabajar en función de nuestras metas y objetivos, suele estar diezmada o bloqueada. O si logramos alcanzar algunos objetivos, sentimos un constante sentimiento de insatisfacción y vacío interno. Al contar con creencias y pensamientos que nos limitan como, por ejemplo: “No soy lo suficientemente buena(o) o no cuento con las capacidades para alcanzarlo”, “nunca logro lo que me propongo”, “al final todos mis proyectos terminan fracasando”, ponemos en duda nuestra capacidad para lograr un determinado objetivo, es decir, solemos boicotear nuestros proyectos (incluso mucho antes de haberlos iniciado) por no creer lo suficientemente en nosotros mismos.

Similar Posts

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *